Polonia, un destino de última hora

Polonia fue un destino de última hora. Nos decidimos de un día para otro y he de decir que nos sorprendió gratamente.

Después de un vuelo directo desde Las Palmas de casi 6 horas, llegamos a Cracovia pero ya habíamos decidido pasar los primeros días del viaje en la ciudad de Zakopane, ubicada al sur del país. Se la conoce como la capital de invierno de Polonia y se sitúa a los pies de los Montes Tatras.

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Tatras

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Para llegar a Zakopane puedes elegir entre ir en guagua (autobús para el no canario 🙂 ) o en tren pero elegimos la guagua porque nos ahorrábamos una hora de camino (duración del trayecto entre Cracovia-Zakopane unas 2 horas) y en cuestión de precios similar, todos los medios de transportes en Polonia son muy económicos.

Una vez allí, nos alojamos en el Grand Hotel Stamary y fue una gran elección. Las habitaciones limpias y acogedoras y el personal muy agradable. Nos incluía el desayuno y éste era muy variado y de calidad. Además, el hotel tenía un pequeño Spa, que sentaba de maravilla después de estar todo el día fuera recorriendo la ciudad. Lo único que no recomiendo es darse un masaje, que según ellos era el tradicional, pero a mi me pareció tan intenso que solo me faltó llorar jajaja. Mi cara era todo un poema cuando salí de allí!!

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Spa

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La ciudad es pequeña y encantadora, parece sacada de un cuento. Zakopane es una zona del país en la que pasar unos días si lo que buscas es desconectar o si eres un amante de los deportes de invierno.

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ciudad

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Después de tres días, partimos rumbo a Cracovia. Era la segunda parte del viaje y allí nos encontrábamos con unos amigos con los que pasaríamos esos últimos días de ruta.

Nos alojamos en el hotel Campanile Cracovie, económico, bastante céntrico y con un desayuno no muy variado, pero suficiente para comenzar el día.

Cracovia es una ciudad que nos sorprendió, llena de vida y con una oferta gastronómica de diez. Además tuvimos la suerte de estar en la ciudad en días de fiesta (Fiesta Nacional del 3 de Mayo), por lo que el centro estaba repleto de puestos que ofertaban una gran variedad de comida típica del país y por supuesto litros y litros de cerveza!!

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comida

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En los días que estuvimos, visitamos la parte antigua de la ciudad, que abarcaba la Plaza del mercado, el Mercado de los Paños, la Torre del Ayuntamiento, la Basílica de Santa Maria, Barbacana, Puerta de San Froilan y la Antigua Muralla. También recorrimos el Barrio Judío y las Colinas de Wawel y fuimos hasta las Minas de Sal y el Campo de Concentración  de Auschwitz.

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wawel

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Tengo que decir que si bien la visita al Campo de Concentración de Auschwitz es dura yo la recomiendo encarecidamente. Es inevitable que te invada la tristeza mientras vas recorriendo el lugar, incluso el aire parece ser mas denso pero si me preguntan si sabiendo lo que me iba a encontrar volvería a ir, diría que si. Forma parte de su historia y creo que es necesaria conocerla.

Otro lugar que me encantó  fue la Sinagoga situada en el barrio judío , aunque las personas que allí se encontraban no se las veía muy cómodas con todos los que estábamos allí.

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sinagoga

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Y la sorpresa del país fue la visita a las Minas de Sal, que a pesar de estar más de tres horas caminando, lo que ves estando allí te deja sin palabras. Jamás me podría haber imaginado que estando a mas de 300 metros bajo tierra me iba a e encontrar con todo aquello. El precio de la entrada es de unos 20€ pero merecen la pena.

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minas

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En definitiva, si me preguntan si Polonia es un buen destino de vacaciones yo les diría que sí. Es un país muy muy barato con una oferta gastronómica diferente y de buen sabor, muuuuucha cerveza y repleta  de historia. Así que si tienen unos días libres, no lo duden, pongan rumbo a Polonia!!!!

 

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